24.7.09

¿Lo bebemos ahora o en diez años?

La mayoría de los vinos que se comercializan en super y vinotecas son jóvenes, es decir el mismo año de la cosecha o el año siguiente de la misma; sin que tengan en su proceso tiempo de crianza
o guarda en la bodega.

Estos vinos tintos jóvenes son para tomar desde el momento que lo compramos hasta un máximo de unos seis a ocho meses, después de este tiempo en lugar de tomar un buen vino estaríamos jugando a la ruleta, podría estar bien o podría estar en muy malas condiciones, es por esto que es muy importante ver de que año es el vino al momento de comprarlo. Esta es una verdad técnica y teórica, pero al momento de comprar vinos de arriba de $15.- podemos jugarnos una fichita a probarlos con un año o dos desde la fecha de la cosecha, me he llevado muy gratas sorpresas, y está muy bien.

Estos vinos requieren una buena temperatura para gustarlos mucho más y saborear sus sabores, entre 16 y 18 ° y sino te invito a probar un vino joven tinto a temperatura ambiente (cuando hace 27° o más) y el mismo vino a temperatura de 18° seguro que te cambia la opinión entre tomas.

Los blancos y rosados del año más ligeros mantienen sus cualidades durante el año siguiente al de su cosecha y ofrecen más seguridad de disfrute en los primeros meses.
En los últimos años se están elaborando vinos jóvenes con un toque de barrica, que suele oscilar entre los 3 y 6 meses, los cuales pueden aguantar perfectamente un año más en botella.

Por otro lado encontramos vinos de “guarda”, que son de alta gama y un precio superior a los $50.- Estos vinos pasan durante una larga etapa de muy buena calidad, alrededor de cuatro años para aquellos vinos de crianza en roble, pero cada año tendrá características diferentes que sobresaldrán marcando las cualidades del vino.
Los vinos “Reserva”, donde el trabajo de selección de las uvas y la atención esmerada del enólogo, la limitación de la partida y la guarda a temperatura, luz y presión controlada, nos da un vino que se permite ocho o diez años de espera.

Finalmente los vinos “Gran Reserva” donde todo lo dicho en el reserva es válido y donde se exacerban los cuidados y la selección de las cepas, permiten obtener un vino que podemos esperar hasta quince años o más.
Por sus características diferenciales, los espumosos, cavas o champagnes (como te guste llamarlos) pertenecen al grupo de vinos de consumo inmediato.

Tan importante como la edad de un espumoso es la fecha del degüelle (que es el momento en que se elimina o separa las borras de la fermentación del vino) ya que desde ese instante sublime ya está listo para disfrutarlo, y esto es mejor antes que después, puesto que en adelante no ganará calidad ni buqué. Acordémonos que este vino como los blancos necesita ser bebido entre los 10 y 12°

Rápido o no según lo que tengamos en la copa lo bueno es disfrutarlo y si es con familia y amigos mucho mejor.