La semana pasada me regalaron un vino de la Bodega Catena Zapata, (sin duda que ya me resultó agradable porque es regalado).
Catena Zapata es una bodega que comienza a plantar viñedos a fin del Siglo XIX en Mendoza (algo de experiencia tendrán los niños)
El nombre del vino es Saint Felicien, la botella se presenta en un original estuche con forma de trapecio (se acuerdan de la escuela lo que era?), la botella trae en la etiqueta un sobre relieve con las iniciales SF que esmeran la presentación cuidando cada detalle.
Todo venía demasiado bien cuando descubro la cepa de la uva escrita en la etiqueta Cabernet – Merlot, ….. ay, ay, ay, un bivarietal (pensé para mí)… Todo lo bueno que había visto hasta ahora cayó por una pendiente de manera tan rápida que creí que todo el vino había manchado el piso.
¿¿¿Un Bivarietal??? Una bodega como Catena Zapata??? Los bivarietales no son para esconder la calidad de alguna cepa de menor jerarquía???
Un bivarietal???
Si me quedaba pensando en esto se me iban los deseos de degustar el vino y la hora de la comida.
Cabernet Sauvignon y Merlot…..
Me propuse leer la etiqueta que rezaba el siguiente párrafo …“Finalizado el período de fermentación, el corte pasó por barricas de roble un año”…
Roble para un vino de baja calidad no sería criterioso, por costos de la barrica (alrededor de 600 euros si es roble francés, U$S 800 si es roble americano) y un año de añejamiento supone mucho tiempo sin poder comercializarlo, algo sonaba extraño.
Comencé a ver el bivarietal con otros ojos.
Puse el Saint Felicien en un decantador y lo dejé para que expanda sus aromas, no sin previamente servir un poco en la copa para tener un antes y un después.
El previo lo dejo a su imaginación, para que no se aburran, pero el decantador vale la pena (a propósito tengo algunos a módicos precios jaja, no es verdad es solo una chanza), pero vale la pena decantar.
Dirían los enólogos, se percibe el aroma y gusto característico del Cabernet Sauvignon, especias y frutos oscuros, el Merlot expresa correctamente la mermelada de frutas y por supuesto el roble le da ese gusto tan especial a cuero y vainilla (algunas las percibí y otras no) pero lo que me pareció más importante es que este Saint Felicien es un vino agradable en aroma, imperdible al gusto y que deja esa necesidad de seguir bebiendo este “Bivarietal”. En resumen es un vino completo, complejo y equilibrado, por lo que si quien me lo regaló está leyendo, una botella es escaso regalo para la calidad del vino aunque fue suficiente regalo para mí.